
Una encuesta elaborada por el Centro Nacional de Consultoría (CNC) y revelada por Caracol Radio confirma que la reforma agraria cuenta con un amplio apoyo ciudadano en diferentes regiones del país.
El sondeo, aplicado a 1.113 personas en 30 municipios, evidenció que el 96% de los consultados valora de forma positiva al campesinado y el 88% respalda la entrega de tierras a familias rurales y comunidades étnicas. Incluso, entre quienes no aprueban la gestión del presidente Gustavo Petro, un 52% coincide en apoyar esta política, lo que indica que el tema trasciende divisiones políticas.
Resultados más relevantes
- Éxito en el sector agrícola: Para el 76% de los participantes, la distribución de tierras es la acción más destacada del actual gobierno.
- Política valorada por la ciudadanía: La reforma agraria se ubica como el segundo logro más reconocido de la administración (19% de menciones), solo detrás del pago de horas extras y dominicales (37%).
- Proyección a futuro: Un 64% de los encuestados estaría dispuesto a respaldar en una consulta popular la continuidad de esta medida como política de Estado.
- Impacto social: Más de la mitad de los ciudadanos considera que la reforma no se limita a entregar tierras, sino que constituye una estrategia para combatir la pobreza en el campo.
- Respaldo transversal: La percepción positiva se observa en todos los sectores de la población, aunque es más fuerte entre los jóvenes y los estratos bajos. En estratos medios (3 y 4) también hay apoyo, pero con el interés de que la política se traduzca en mayor productividad y beneficios económicos tangibles.
Avances regionales
En el departamento del Cesar, el gobierno nacional entregó recientemente 6.805 hectáreas a 800 familias campesinas, reforzando la implementación de la reforma en el territorio.
Balance
Estos resultados muestran un consenso amplio en la sociedad colombiana sobre la relevancia de la reforma agraria como herramienta para el desarrollo rural, perfilándola como una de las políticas más apreciadas y con potencial de convertirse en un proyecto de Estado a largo plazo.