
En el marco del lanzamiento de la Semana por la Paz, se desarrolló una jornada deportiva en el Centro Poblado Aguas Claras, del municipio de Granada, con el propósito de promover la convivencia, el respeto y la reconciliación a través del deporte.
La actividad integró más de 80 niños y niñas de la comunidad e hijos de firmantes del Acuerdo de Paz, de los municipios de Mesetas, Lejanías, San Juan de Arama y Granada, generando un espacio de encuentro que refleja el valor de construir relaciones pacíficas desde el territorio.
Como muestra de apoyo y compromiso con la paz, la Gobernación del Meta, entregó los uniformes completos para 12 equipos, cada uno integrado por 11 jugadores. Además, el Instituto de Recreación y Deporte del Meta acompañó la actividad y estuvo a cargo del arbitraje de los encuentros.
Esta jornada buscó reconocer e impulsar iniciativas de paz y reconciliación en el departamento. “Hoy vemos actos de reconciliación, donde la fuerza pública, los firmantes de paz y la institucionalidad comparten un mismo escenario. En cada uno de los niños y niñas está representada la esperanza y la paz de nuestro país”, señaló Ingriht Acosta Carvajal, secretaria de Derechos Humanos y Paz del Meta.
La funcionaria agradeció a los firmantes de paz, quienes vienen liderando este proceso y, desde diferentes escenarios, construyendo paz en el departamento y garantizando la reincorporación.
A su vez, Duberney Torres, coordinador de deportes en el marco de la reincorporación en el Meta, expresó: “Este encuentro deportivo demuestra el cumplimiento de los acuerdos de paz, al tiempo que impulsa a los niños y niñas a que elijan el deporte y no las armas. Muchos de los firmantes del Acuerdo no tuvieron la oportunidad de tener un balón en su infancia y fueron obligados a la guerra y, eso es lo que no queremos hoy, que a sus hijos les pase lo mismo”.
Fue una tarde histórica, donde los hijos de firmantes de paz se colocaron los cortos y los guayos, y se uniformaron no para la guerra y el conflicto, sino para la paz, la armonía, la reconciliación y el deporte, en este caso el fútbol; hubo gritos, pero no de miedo, ni de susto, sino de alegría de compartir y de gritar goles.