
Villavicencio se enfrenta a una nueva controversia que evidencia la falta de gestión en la administración del alcalde Alexander Baquero Sanabria. La retroexcavadora tipo oruga marca KOMATSU, adquirida en 2022 por $737.999.920 para tareas esenciales como la limpieza de fuentes hídricas y la mitigación de inundaciones, lleva meses sin operar tras el robo de su controlador principal, valorado en 25 millones de pesos.
Según un informe de la Contraloría Municipal y una denuncia presentada por el concejal Gustavo Basto, el robo tuvo lugar en septiembre de 2024 en un predio conocido como Parcelas de Progreso, mina Discovery, que carecía de las garantías de seguridad necesarias para proteger el equipo. A pesar de la contratación de vigilancia privada, la supervisión de la Oficina de Gestión del Riesgo resultó ineficaz, agravando un problema que ya se arrastraba desde agosto del mismo año, cuando la máquina quedó fuera de servicio.
El jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo, Wilson Efraín Cano Herrera, ha sido señalado como responsable por posibles fallas administrativas y fiscales. Se cuestiona además el traslado tardío de la retroexcavadora a un parqueadero oficial en noviembre, lo que dejó al equipo expuesto durante meses en condiciones vulnerables.
La inoperatividad de la máquina ha exacerbado los riesgos de inundación en Villavicencio, donde canales y caños permanecen obstruidos, aumentando la amenaza para las comunidades. Mientras tanto, surgen críticas hacia el uso prioritario de maquinaria para actividades como la segunda versión del Festival de Verano Río Guatiquía, en lugar de atender necesidades urgentes de prevención de desastres.
Este caso no solo implica un daño al patrimonio público, sino que pone en evidencia la falta de planeación y compromiso institucional de la actual administración, que deja a Villavicencio en una posición cada vez más vulnerable frente a emergencias ambientales.
