Hasta el 17 de noviembre, la Vigésima Segunda Brigada de Selva tiene vigente la jornada de incorporación para aquellos hombres entre los 18 años y faltando un día para cumplir 24 que quieran prestar su servicio militar en el Ejército Nacional. Es de resaltar que para las mujeres es voluntario y para los hombres es constitucional.
El soldado colombiano desde su vocación aporta al servicio, la protección y la seguridad de todo un país; son miles de hombres y mujeres que un día, guiados por un sueño, decidieron proyectar su vida ingresando al Ejército Nacional. Este es el caso del soldado Esteban Andrés Carvajal García, que motivado por el amor hacia su padre, llegó hasta las instalaciones del Batallón de Infantería N.° 19 General Joaquín París, en San José del Guaviare y le dijo ¡sí! al servicio militar.
Al principio no fue fácil esta nueva etapa de su vida, iniciar su jornada desde tempranas horas, convivir con nuevas personas y acatar órdenes, se iba convirtiendo en algo complejo, pero él tenía muy claro su motivación principal: cumplir el sueño de su padre de tener un hijo militar. Hoy es el único de la familia Carvajal que hace parte del Ejército Nacional.
«Antes de entrar a prestar el servicio militar, me contaban que era algo complicado, la verdad creí que era algo difícil. Cuando entré a la institución vi que era todo lo contrario, a pesar del esfuerzo, la dedicación y lo que uno se proponga, no lo ve de esa forma. La verdad he aprendido muchas cosas estando aquí en la institución, he aprendido a ser disciplinado cuando no lo era, he aprendido a ser mejor persona en la vida y valorar las cosas que antes no valoraba», así lo describe este soldado artista.
Cuando su padre falleció hace aproximadamente 8 años, para esa misma fecha, decidió camuflar su tristeza ante la ausencia de su ser querido, lo hizo a través de la música con un instrumento aerofónico de origen indígena: »Fue él quien me dio fuerzas para aprender a tocar este instrumento». Al inicio era su hobby, después se convirtió en parte fundamental para su vida, así como lo es prestar el servicio militar.
Toca la flauta de millo o caña de millo como es popularmente conocida; entona notas tan altas que estremecen los sonidos selváticos de la Amazonía colombiana. Le gusta la tranquilidad, y muy bien lo refleja en su forma de expresar y, por eso, la flauta es su refugio. Talento le sobra; para él esto es su mundo y una parte de su padre. Práctica, habla y afina para darle vida a aquellos ríos incesantes de uno de los lugares más turísticos de Colombia y que suenan a esperanza.
Nació en Barranquilla, tiene 18 años, es hijo de don Jhon Mario Carvajal García (q. e. p. d.) y la señora Cristina Isabell García Rojas; tiene 5 hermanos y habla de ellos con sentimiento, pues entiende que después del fallecimiento de su padre, son ellos quienes lo motivan para que continúe siendo el gran militar que representa desde hace cuatro meses.
Su deseo es continuar en la institución, tiene claro que con esfuerzo y dedicación podrá combinar sus dos pasiones: ser militar y ser un gran músico.
Los requisitos son los establecidos en la Ley 1861 de 2017: ser colombiano, tener entre 18 y hasta faltando un día para cumplir los 24 años de edad, y ser apto como resultado de los tres exámenes de aptitud psicofísica. De esta forma, el Ejército Nacional ratifica su firme compromiso de seguir contribuyendo al desarrollo social del país; promoviendo la inclusión social y fomentando el capital humano de los colombianos.