
Hace 8 años Martha Corredor Gómez, vive en El Castillo (Meta), ella salió desplazada por el conflicto armado de Los Alpes, en Medina (Cundinamarca), y hoy en día es una de las mujeres campesinas del Ariari que ha buscado apoyo para vender sus productos en Villavicencio sin intermediarios.
Ella estuvo el fin de semana en la capital del Meta gracias al respaldo de la Alcaldía en este tipo de jornadas, y desde allí aseguró que el covid-19 también afectó a los agricultores, por lo que espera que la gente de la ciudad tome conciencia y empiece a comprarle directamente al productor.
Ahora cultiva junto a su esposo plátano y yuca, productos con los que ha podido salir adelante, luego de que su hermano y su primera pareja fueran asesinados, lo que la llevó a trasladarse al Ariari a iniciar la vida que hoy tiene.
Pero solo hasta el año pasado con la pandemia empezó a evidenciar algunas dificultades que espera sean superados. “Nosotros no hemos dejamos de trabajar ni un solo día, pero los intermediarios si nos afectó. Yo siempre he dicho que el campo es nuestra raíz, por eso seguiremos luchando”, agregó Martha.
Esta mujer campesina que todos los días se levanta a las 5:00 de la mañana es sin duda una muestra de transformación, ya que el desplazamiento del que fue víctima la motivó a que se capacitara y ahora es técnica agropecuaria por el SENA, lo que le ha permitido liderar varios procesos.
Martha es la representante de una asociación de mujeres afectadas por el conflicto armado que luchan por sacar adelante muchas iniciativas. “Hay muchas emprendedoras que trabajan por sacar adelante una familia y garantizarles un futuro a sus hijos, y esas sin duda son las que deben ser reconocidas”, expresó.